
¿Qué excusa te estás poniendo?
Esta semana tuve una situación particular dentro de uno de los equipos de trabajo. Alguien a quien le tengo mucha confianza me planteo que con las herramientas que tenía era imposible lograrlo.
Para contextualizar les quiero comentar que puntualmente en ese equipo de trabajo tengo la plena certeza que la combinación interna a mi ver, es perfecta.
Le pregunte – ¿Cómo venimos?
– Maso, con nuestras condiciones no vamos a poder alcanzar lo propuesto.
– ¿Lo intentaste?
– No, pero lo sé – Contesto
Me dejo pensando… ¿por qué motivo no nos animamos?
Vivimos esperando las condiciones óptimas para dar el salto… Un salto que probablemente nunca demos porque muy rara vez se dan las condiciones óptimas.
Vivimos esperando la carta perfecta para jugar, vivimos envidiando el mazo de cartas ajeno. Siempre es más fácil en el zapato del otro.
Un cuadro de honor marcaba fielmente el orden de obedientes dentro de una institución educativa, una foto en la pared señalaba al empleado del mes. Una medalla de algún barato material que simulaba al oro era colgada en el cuello de alguien que soporto 25 años dentro de una empresa.
El adoctrinamiento juega un papel fundamental en nuestras vidas y desde que nacemos un contexto nos condiciona.
Mi vieja soñaba con que fuera profesional, para que algún día sea alguien en la vida, si no, supongo que no iba a ser “alguien”.
¿Alguien en tu clase tenia privilegios? ¿Vos eras el que tenía privilegios? ¿Éramos todos iguales? ¿Somos todos iguales? ¿Me animaría a escribir si no fuera “alguien” en la vida? ¿Sos “alguien” en tu vida?
Me puse frente a un pizarrón que tengo dentro de la oficina y pensé.. Tengo anotadas varias palabras claves en un rincón que nunca son borradas. Agregue a esa lista “excusa” y la encerré entre signos de preguntas y cuando me dirigía a sentarme regrese y anote “adoctrinamiento”
Si estas esperando el momento justo, lo más probable es que nunca saltes. Si estas esperando la oportunidad de tu vida, es posible que nunca llegue.
Lo que pasa después del salto, se llama locura. Y si no fuera por los locos este mundo no sería igual.
Un elefante que es atado de pequeño, por más que crezca y su tamaño el día de mañana pueda derribar un muro, no lucha contra su cuerda. El elefante fue adoctrinado.. ¿Y vos?
Mientras cierro el escrito me pregunto si no tire muchas cosas sueltas que se prestan a confusión. ¿Y si no fui claro? ¿Para quién es mi escrito? ¿Lo leerá alguien? ¿Lo subo o no lo subo? ¿Qué dirá esa persona cuando lo lea?
El uso y costumbre hace a la ley. Y hasta que no nos animemos a hacer nuestra locura será imposible transformar en ley de nuestra vida, aquello que deseamos que sea un uso y costumbre.
Abg. Franco Martinez Cea
Esp. Ingeniería Gerencial
www.martinezcea.com.ar