La letra chica del Liderazgo

La letra chica del Liderazgo

Hoy, después de mucho tiempo, me toco nuevamente tener que despedir a alguien, dejar sin trabajo a otro ser humano. Me sentí extraño antes, durante y después del momento.

Sabía que era una decisión tomada. El había hecho todo para no seguir dentro del equipo.

Me sentí fuerte y débil en el mismo acto, me sentí triste y efusivo. El poder que me daba la situación por momentos me generaba algo muy incómodo.

Parecía que no estaba a la misma velocidad que el tiempo. Anoche había soñado con todas las probabilidades y no estaba ocurriendo ninguna de las imaginadas.

Me miraba con los ojos llenos de lágrimas, como si no fuera la misma persona que había logrado ser el segundo en ser despedido en tantos años.

Le preguntaba que pensaba, y solo me miraba. Aceptaba cada palabra, cada consejo, pero nunca levantaba la cabeza del todo.

La charla duro unos pocos minutos, la mayoría de las cosas importantes ya se habían hablado anteriormente.

Cuando no hubo más nada que decir, nos miramos, hubo un silencio y nos levantamos al mismo tiempo, como si fuera una coreografía.

Se paro y nos abrazamos, como quien se despide con tristeza de una relación que no funcionó.

Se fue mal, me quede mal. Estoy mal. Pienso en lo inmediato que puede ser un acto y lo relevante que quizás resulta. Pienso y analizó todo como si tuviera certeza del algún futuro.

El equipo de trabajo estaba en shock, incomodo. Es un equipo chico, no esperan que a alguien lo bajen del barco a la fuerza. Hoy no había memoria dentro del grupo para la cosas que ocurrieron puertas adentro, solo se sentía tristeza.

Me siento a escribir, porque posiblemente encontremos miles de textos que hablan de grandes líderes que generan movimientos extraordinarios, pero no me acuerdo haber encontrado alguno que cuente como se siente ese personaje protagonista de tantas hazañas cuando debe tomar decisiones de este tipo.

No tengo la esperanza de sentirme mejor hoy, calculo que como todo duelo va a ir curándolo el tiempo. Espero que a él le pase lo mismo.

Deseo con todas mis fuerzas que triunfe, se lo merece. Quizás no éramos el lugar indicado. Esto me hace pensar en cómo debe estar y vuelvo a sentir tristeza.

Se debe tener en cuenta que este registro es totalmente subjetivo. Esta realizado por un líder de 37 años que está convencido que las cosas se hacen en conjunto, que los logros son de un grupo, no individuales.

Mientras pienso el cierre del escrito me pregunto si lo publicaré o no. No tiene nada de lo que busco transmitir en los textos que subo.

Simplemente es el retrato en primera persona de uno de los días más difíciles que le toca atravesar a cualquiera que tenga a cargo la toma de decisiones en una empresa. Nada más y nada menos que decidir sobre el futuro inmediato de otro ser humano… Y de un equipo.

No lo hablo con nadie porque van a intentar justificarme, no me muestro triste porque van a intentar justificarme y no voy a escribir más… porque tengo miedo de intentar justificarme.

Abg. Franco Martinez Cea
Esp. Ingeniería gerencial.
www.martinezcea.com.ar