Y vos, ¿a qué te dedicas?

Y vos, ¿a qué te dedicas?

Somos seres sociales por naturaleza, frase que resuena en mi cabeza constantemente. Agrego como nota de autor, que necesitamos del otro para construirnos, aunque emparcharnos sería una descripción más detallada.

El sistema cambia constantemente, en uno de esos cambios llegó la globalización, con sus miles de ventajas. También con sus márgenes de poder más grandes. ¿Poder? Según la Real Academia Española el término “poder” significa tener la capacidad o facultad de hacer determinada cosa.

Considero que cada uno es dueño de sus decisiones, pero existe una senda impuesta, de preguntas predeterminadas con respuestas predeterminadas. ¿A dónde nos llevan las respuestas predeterminadas?  Porque si se supone que un sendero nos guía, ¿Vamos todos al mismo lugar?

Hace años, en la misma época en la que ingresaba al mundo laboral, en un desconocido poblado del sur, levanté a dedo a un hombre de mi edad sin imaginar que me daría una de las respuestas más importantes de mi vida.

Después de unos segundos de silencio en el auto, no tuve la mejor idea que hacer una de esas preguntas “predeterminadas”:

– ¿A qué se dedica? Le pregunté simplemente para iniciar la conversación.
– Soy domador de caballo.
Contestó. Conocí muchas personas y lugares jineteando. Y continuó relatando historias y experiencias un buen rato.
La verdad que nunca me hubiese imaginado la respuesta, pero solo se me vino una pregunta a lo que era mi básico pensamiento. Y era otra de las preguntas predeterminadas.
– ¿Y le pagan por domada, o por exhibición?
– No me pagan.
Me contestó. Usted me pregunto a que me “dedicaba”, no de que “trabajo”. Si se refiere a eso, trabajo en la cosecha de ajíes.

Me quedé en silencio un rato, no sé si fueron segundos o minutos. Yo en ese momento trabajaba en un banco, y solo me surgió una pregunta ¿Y yo a que me dedico?

El sendero de las respuestas predeterminadas, está en mi vida desde que tengo uso de razón. Está ahí, y uno tiene la opción de tomarlo o no. La familia y la sociedad pueden empujarte en mayor o menor medida, pero hay una edad en la que debemos empezar a hacernos cargo.

La ciencia avanzó y generó cambios sorprendentes, pero no todos los cambios fueron positivos.

La economía globalizó cuestiones olvidadas y monopolizó el concepto de poder. ¿En qué momento nos pasamos de largo?

Las respuestas complicadas, están en las preguntas sencillas. Que algo sea simple, no quiere decir que sea fácil.

Y vos, ¿a qué te dedicas?

Abg. Franco Martinez Cea
www.martinezcea.com.ar
ra.moc.bocigobfsctd@ocnarf

¿Quién escribió lo que leíste?

¿Quién escribió lo que leíste?

En 1993, una profesora de primaria al pasar me dijo que Sarmiento no era lo que parecía. Yo tenía 7 años, que iba a pensar que ese niño buscaba todas las respuestas a cual pregunta se le cruzara.

Mis viejos me dieron las herramientas que estaban a su alcance, la vida me fue poniendo personas que fueron y son herramientas.

Empecé a buscar, comencé a leer, empecé a averiguar, comencé a encontrar más preguntas que respuestas.

Mis viejos se quedaron sin herramientas pero me empujaron a que me siga preguntando todo, y fue ahí, cuando comencé a quedarme sin respuestas.

Pero las respuestas empezaron a aparecer de la mano de un puñado de ojos, de miradas profundas y convicciones poco claras, pero cada uno tenía una parte del rompecabezas, y estaban dispuestos a ponerlas sobre la mesa simplemente esperando armar la pieza completa.

No hay edad, no hay genero, no hay política, no hay ego, solo tenemos una pieza que pertenece a un todo. Y sin saberlo, o sabiendo, comencé, comenzamos.

Cada pieza que encontraba otra pieza, generaba una nueva. Preguntas que al recibir respuestas, generan dos nuevas preguntas. Un juego interminable que depende directamente de la pieza que podes encontrar en el otro.

Me sentí escuchado, o quizás simplemente no me sentí solo en ese mar de preguntas. La historia me acerco a un camino que estaba plagado de historias. Los silencios comenzaron a ser pensamientos, y el pensamiento comenzó a generar cicatrices.

Estar dañado no me hace más débil, tener miedo me hace inseguro, y la inseguridad deja la toma de decisiones en terceros. Y si no manejamos nosotros nuestras decisiones, ¿Es nuestra… Nuestra vida?

¿Y si no hubiese sido por Sarmiento, hubiese sabido de Peñaloza? ¿Una pregunta te despierta y la respuesta te encuentra?

Hoy escribo sin limitaciones, ya dejé de escribir para alguien y comencé a escribir para otros. Otros que no conozco, otros a los cuales no puedo imaginarme que pensaran si ven mi nombre en el pie de página.

Imaginar lo que creo que piensa alguien me robo años de libertad, pero me empujo a escribir para otros. Y esos otros son muchos, tantos pensamientos que es imposible creer tenerlos bajo control.  Y eso me hace libre.

El prejuicio no solo es dañino para el otro, es determinante para uno. La manía insostenible e injustificada de querer tener todo bajo control, debe caer automáticamente ante la certeza de que no podemos controlar el tiempo.

Abg. Franco Martinez Cea
www.martinezcea.com.ar

Líderes que lideren

Líderes que lideren

Los cambios generacionales ocurrían cada 50 años o más; hoy las brechas se acortaron, y todo ha cambiado tanto, que supongo es normal sentirse por momentos desorientado.

El Fordismo, a principios del S XX, trajo un modelo de trabajo en cadena, que para poder producir en serie, necesitaba el trabajo automatizado del ser humano. Ante esa necesidad, se empezó a educar a las personas para que se comporten como una máquina.

Una maquina repite una secuencia para la cual está programada, una maquina no crea, una máquina no razona. Y fue así, que el humano se automatizó. Pero, cuando llegaron los enormes avances tecnológicos, se reemplazaron las personas en las fábricas y las trasladaron a las oficinas, pero jamás se pensó en reemplazar el sistema.

Como consecuencia de esto en la actualidad, en diferentes culturas laborales del mundo, las maquinas sobran y escasean los humanos. A pesar de que lo desarrollado ya se encuentra establecido como una realidad, hay generaciones que siguen siendo educadas para ser maquinas.

Las fábricas automatizaron sus funciones, pero los grandes organigramas de poder, necesitan aún que sus colaboradores (empleados) obedezcan y apliquen las directivas que les asignen, sin pensar y sin margen de error.

La expansión de las empresas a nivel global, generó aún más estas cuestiones, posicionando en varios lugares de liderazgo a personas que no eran líderes. Las órdenes eran, y en algunos lugares aún lo son, dadas de una forma imperativa por personas capacitadas artificialmente, pero no dotadas de forma natural.

Esta situación comenzó a entender al liderazgo de una forma errónea, quitando del plano principal la cualidad natural de la toma de decisiones y la capacidad de motivar al otro. Por un buen tiempo, el liderazgo pasó a manejarse a través de presiones y condicionamientos económicos.

Esta nueva era, donde cambiaron los valores generacionales, la competencia comenzó a mutar, e inmersa en esta nueva realidad nos sumergió en un mercado que está constantemente en movimiento.

La inmediatez llegó con una premisa que nos obliga a replantearnos lo importante que es la rapidez y eficacia en la toma de decisiones, y es desde esta perspectiva donde resulta necesario replantearnos cuestiones relacionadas al liderazgo y sus capacidades para accionar positivamente en los equipos de trabajo.

El viejo sistema laboral, logró en las grandes empresas que en los grupos de trabajo, sus integrantes se vean como competencia y no como compañeros de equipo. Generando así, malos ambientes, propicios para utilizar la presión y el miedo como herramientas principales.

Hoy los cambios nos invitan a entender al trabajo, como un lugar de desarrollo personal, entendiendo al equipo de tareas, como un grupo humano que persigue una construcción individual en una estructura colectiva. A raíz de esto, la competencia interna debe comenzar a mutar, para ser medida como una herramienta de superación personal, y no en una escala comparativa con los pares.

Tenemos la obligación como líderes, de comenzar a individualizar a los integrantes de los equipos de trabajo. Suena utópico el cierre del escrito, pero los invito a pensar que si pudimos transformar en menos de 50 años a una persona en una máquina de trabajo en serie ¿Qué nos impide volver a convertirnos en seres humanos?

Abg. Franco Martinez Cea
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ra.moc.bocigobfsctd@ocnarf

 

Tiempos de constancia

Tiempos de constancia

Cuando imaginamos un emprendimiento, empresa o proyecto, acostumbramos a traer a nuestra cabeza la imagen figurativa de un futuro ideal, pero realmente lejano. Es en ese momento, en el que la mayoría de las personas se dan por vencido. Pero los que quedan, comienzan.

Comenzar, sea desde cero, o desde una base existente hacia algo diferente, suele ser una tarea al principio desgastante y por etapas frustrante. Pero si logramos entender que el éxito está en la constancia, puede que lo sigamos intentando.

Pensar un emprendimiento o proyecto únicamente como una búsqueda económica, no va a ser otra cosa que transformar ese camino en una sumatoria de frustraciones que lo harán más difícil, y en la mayoría de los casos imposible.

Las ideas que perduran, son las que nacen sin una fecha de caducidad, que se piensan como un proceso, un eterno proceso de mejora. Y la constancia es el papel fundamental para que ese trayecto a recorrer, renueve constantemente la expectativa. Generando de este modo, siempre nuevos desafíos.

En Argentina, y en la mayoría de los países de América del sur, tenemos una economía que independientemente de la etapa del proceso que nos encontremos, nos puede presentar dificultades y/u oportunidades. Eso hace que el desafío sea más desgastante, y es por momentos fundamento suficiente para alimentar el conformismo.

Delegar tareas, y comenzar a valorar las virtudes de los equipos de trabajo, son para la cultura comercial moderna una herramienta de máxima utilidad, donde la inmediatez y la digitalización vienen a cumplir roles fundamentales que deben ser aprovechados, o en su defecto, solo lograran empeorar nuestra calidad de vida.

Venimos de generaciones en donde la forma de medir el éxito, dependía de un factor económico. Hoy, las nuevas ideas, vienen acompañadas de una búsqueda de calidad de vida, y la misma no tiene otro significado más que “tiempo”.  El tiempo libre, no significa tiempo ocioso, es el tiempo que es verdaderamente nuestro.

Las nuevas ideas, traen nuevos mentores, y estos nuevos mentores, traen nuevos valores. Cambio el objetivo, por ende cambio el único significado de “éxito” que estaba socialmente impuesto. El éxito, era solo riqueza. Era.

Hoy el éxito, es libertad. El resto es consecuencia y se acoplaran a nuestros objetivos, ideas, empeño y limitaciones.

La delegación de tareas, puede significar una pequeña pérdida de rentabilidad neta, pero al mismo tiempo, delegar una tarea y que la misma se realiza de forma eficiente, nos regala tiempo. Y cuando hago este planteo a colegas y amigos, me es inevitable hacerme una pregunta que suelo llevarla como insignia ¿Cuántas vidas vas a vivir?

Abg. Franco Martinez Cea
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ra.moc.bocigobfsctd@ocnarf

Innovando nuestros equipos de trabajo

Innovando nuestros equipos de trabajo

Si en algo coincidimos todos, es que en este 2020 las economías del mundo obligaron a los actores del mercado a tener que ajustar la dirección varias veces. La rentabilidad y los costos se modifican sobre una base porcentual. En materia impositiva podemos ver la forma de dilatar vencimientos. Pero, ¿cómo hacemos para que el factor humano se adapte a cada uno de esos cambios?

Cuando llegan los últimos días hábiles del año, comenzamos a sentirnos cansados y a replantearnos cuestiones a modificar para cuando el calendario de su vuelta de página. Este año en particular, fue demasiado cansador para todos, lo que nos obliga a mirarlo con una objetividad superior.

Los que forman parte de nuestros equipos de trabajo, también vivieron con cierta incertidumbre la pandemia. Pero en la mayoría de los casos, no están preparados a los bruscos cambios de rumbo a los cuales están expuestos los empresarios, emprendedores o líderes de equipo.

Todos coincidimos en que se modificó considerablemente la forma de trabajar, el mercado cambió su forma de interactuar, y nos vemos obligados a adaptarnos lo más eficientemente posible. Y es en este punto en donde nuestro equipo de trabajo cumple un rol fundamental.

El factor humano de una empresa en la era de la nueva normalidad, viene a cumplir un papel decisivo en la interacción con el cliente y su entorno. La inmediatez en el intercambio de información no es algo menor a la hora de evaluar nuestra situación en el mercado.

Nuestro equipo de trabajo estaba adaptándose a la velocidad que exigían los negocios, pero nadie imaginaba que ese proceso que llevaría de 5 a 10 años, se vería forzado a adaptarse en solo 3 meses. Es inevitable que el clima de cualquier grupo humano se vea afectado, como dijimos alguna líneas atrás, en su mayoría no están preparados a reiterados cambios de rumbo de forma repentina.

El desgaste del factor humano, debe ser evaluado desde una objetividad individualizada. Entendiendo que hay roles que hoy pasaron a ser innecesarios, y otros potenciales, hoy empiezan a cobrar un valor más significativo. Debemos una vez más utilizar todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance para reubicar y potenciar las características de los equipos de trabajo.

Este año que nos deja nos obligó a reinventarnos una y otra vez, debiendo recurrir a nuestra creatividad durante todo el proceso, innovando, adaptando, generando ideas que nos permitan dar ese paso futurista en un escenario de total incertidumbre. Nosotros, el equipo de trabajo de Gicob, le deseamos y nos deseamos, que toda esa creatividad que tuvimos que sacar del cajón de los recuerdos, no la guardemos nunca más.

Abg. Franco Martínez Cea
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ra.moc.bocigobfsctd@ocnarf

La Cobranza y el Cliente

La Cobranza y el Cliente

Cuando comenzamos a presentar nuestro servicio a comercios, las primeras respuestas fueron: “va a ser chocante para el cliente”, “le va a dar ventajas a la competencia”, “no es la forma que acostumbramos”.Pero la experiencia y los buenos resultados, lograron revertir esta situación. Hace años, cuando la empresa era un proyecto, teníamos las mismas preguntas, y hasta me arriesgaría a decir, que era nuestra principal preocupación.Con nuestros años de experiencia en el sector financiero y bancario, y otros en el gerenciamiento de empresas del sector comercial privado, logramos encontrar el equilibrio necesario.Los compromisos bancarios y las facturas de servicios tienen fechas de vencimiento, igual que los comprobantes emitidos en cuenta corriente por nuestras empresas. La enorme diferencia, es que el servicio ante la morosidad procede a cortar el mismo, y los bancos generan intereses diarios que cubren (muy holgadamente) la perdida que les genera ese plazo extra.Los medios electrónicos posibilitaron nuevos canales de recaudación, más dinámicos y menos engorrosos. Con la diferencia que las deudas generadas en nuestra órbita, no se automatizan con esos medios, y por ende, somos nosotros mismos el único canal de comunicación.La mayoría de los clientes que tienen en sus empresas, son clientes por elección y deudores por error. Los clientes ingresan a sus esferas comerciales por diversos motivos, pero los retiene como principal factor en nuestra economía, el precio y plazo.Los que participamos comercialmente en el mercado argentino, entendemos que 30 días significa por lo menos un 4%. Pero, ¿de qué forma se organiza nuestro cliente para realizar el pago en la fecha indicada?Cuando hablamos de que nuestros clientes son deudores por error, nos referimos a que nuestra experiencia nos marca que por encima del 65% de la cartera morosa, no nace desde la intención de no pagar, sino desde un problema administrativo.Administrar de forma comercial, rentable y eficiente la cartera morosa de una empresa, es una tarea de extrema precisión, que permite afianzar y fortalecer los lazos con los clientes. Eso se logra con experiencia, cordialidad y profesionalismo.Entender a la cobranza como un eslabón fundamental de la esfera comercial, nos permite crear desde las distintas realidades, un método especial de trabajo. Enfocándonos en dos pilares inamovibles: recaudar eficientemente y consolidar la relación con el cliente. Dejando de este modo la idea anticuada de ser solo cobradores, para transformarnos en un valioso aliado comercial.Abg. Franco Martinez Cea www.martinezcea.com.ar