Ni mejores, ni peores, “Otros”.

Ni mejores, ni peores, “Otros”.

Cambiar, adaptarse, cambiar, conocerse, cambiar, compañeros de trabajo, cambiar, amigos, familia, metas, conocidos… Cambiar.

La adaptación al cambio es una de las bisagras más notorias que hay entre las distintas generaciones que hoy conviven en esta era que estamos transitando.

Nuestros equipos de trabajo, clientes, proveedores o simplemente esa persona al pasar, todos en mayor o menor medida se encuentran sumergidos en esta realidad.

< 80

Una generación, a modo de parámetro muy general serían aquellos nacidos antes de los años 80. Hijos de la rigidez en la crianza, rigidez en la educación y rigidez laboral. Debemos entender que para esta generación, la transmisión de una idea era un orden. Orden que debía ser acatada sin anteponer ninguna opinión.

Ese “no preguntarse”, ubicaba al poder a una distancia enorme, prácticamente inalcanzable. Motivo suficiente para no plantearse un “porqué”.

Lo primordial no era si salía bien o mal el objetivo final, solo interesaba acatar correctamente la orden y cumplirla al pie de la letra.

Una generación mayormente comprometida, con un alto grado de resistencia a los cambios, pero por sobre todas las cosas, obedientes.

Eso buscaba un mercado que hacía décadas venia fabricando obreros. Obreros que posicionaron a nuestra mano de obra en un lugar privilegiado a mediados y fines del Siglo XX.

> 80

Pero todo cambia, y hace unos años todo comenzó a cambiar demasiado rápido. Hoy la nueva generación que ingresa no comparte algunas características de las que nombrábamos párrafos atrás.

La concentración por un largo tiempo es uno de los faltantes más considerados en los nacidos a partir del 80 y mientras más nos acercamos al 2000, más se acrecienta. (Martinez Ledesma, 2020)

Parece desinterés, pero no lo es. De esa forma viven, sin tantas presiones, entendiendo que necesitan dinero para vivir, pero por sobre todas las cosas tiempo.

Bombardeados por pantallas que invitan a “saltar”, “volar” y “soñar”. Dentro de los distintos roles que cumplen inmersos en la sociedad se encuentran en esa búsqueda de recetas mágicas que llenen.

Quizas es diferente

En distintos ámbitos sociales varias generaciones se entrelazan en la búsqueda de un objetivo en común.

En una oficina Pedro de 24 años, finaliza la tarea asignada, lo informa a su superior y siente haber cumplido su objetivo. Hasta que no se le asigne una nueva tarea, simplemente se dejará llevar por lo que su celular personal invite.
Quizás en su faceta laboral simplemente funciona como si fuera una maquina. Quizás el placer del objetivo cortoplacista es parte del plan. Quizás es diferente.

En el box lateral, Fabio de 56 años, finaliza la tarea asignada, lo informa a su superior y queda a disposición. Con el paso del tiempo lo empieza a incomodar la situación, toma su celular pero el sentimiento de culpa nunca lo abandona. Quizás no le nace relajarse hasta que se le asigne una nueva tarea. Quizás “la culpa” fue una herramienta de construcción en esas generaciones. Quizás es diferente.

Conclusión

Quizás entender a ese “otro” puede terminar siendo el mejor plan. El cambio siempre existió, y si hoy vemos a ese otro diferente es porque algo se modificó, quizás en el, quizás en nosotros.

Objetivos claros, buena comunicación, paciencia y entender, por sobre todas las cosas que el otro a veces simplemente es “otro”.

Abg. Franco Martinez Cea
Esp. Ingenieria Gerencial
www.martinezcea.com.ar

Las PYMES, la estructura del mercado

Las PYMES, la estructura del mercado

Las pymes de nuestro mercado ante la incertidumbre se resguardan. No venden, porque NO LES VENDEN; no dan precios, porque NO TIENEN PRECIOS.

Son atacadas acusándolas de especular, pero ocurre todo lo contrario puertas adentro, las pequeñas y medianas empresas, tienen la necesidad imperiosa de vender, ya que deben cubrir sus gastos fijos (sueldos, impuestos, gastos  varios), para evitar desabastecerse en una economía que no da segundas oportunidades.

Las Pymes son las generadoras de trabajo por excelencia, pero no solo a través de los sueldos. Hacen que el fletero viaje, que el cadete vaya y venga con mandados, refaccionan sus locales, mantienen sus maquinarias y herramientas.

Básicamente logran que el dinero circule de un lugar a otro permitiendo que cada sector cubra sus requerimientos básicos.

Cuando la cosa anda bien todo funciona correctamente, pero cuando la economía se pone difícil, son aquellas Pymes con estructura sólida las que permiten que todo siga en pie, afrontando la situación y manteniendo el flujo de circulación dentro del mercado.

El desabastecimiento de parte de los eslabones principales de nuestra economía, imposibilita el normal flujo de fondos, obligando a las PYMES a no vender, debido a que no saben a qué precio van a reponer la mercadería vendida, y tampoco tienen idea cuando van a poder reemplazarla en sus estanterías.

Si a la pequeña y mediana empresa le va bien, a todos nos va bien. Pero si les va mal, nos quedamos sin estructura de mercado.

Abg. Franco Martínez Cea
Especialista en Ingeniería Gerencial
www.martinezcea.com.ar

¿Crecer juntos o quedarse?

¿Crecer juntos o quedarse?

Hoy un destacado miembro del equipo de ventas de unos 30 años de edad, dijo al pasar que se sentía vacio, que no le encontraba sentido a su trabajo.
Una contadora pública de 27 años, le dijo al jefe del estudio que quería crecer y por eso iba a buscar nuevos horizontes.
Un técnico en marketing de 34 años le comentó a su encargado que le interesaba una capacitación de marketing digital online que duraba 36hs, y el encargado le contesto que esos cursos no sirven para nada.

En todos estos casos y muchos otros más, esos miembros del equipo se van a ir buscando mejores horizontes, pero la empresa queda, se queda.

Millenials y Centennials

Millenials es considerada la generación que nació entre 1980 y el año 2000 en EEUU, por cuestiones de influencias del mercado en Argentina desplazamos esas fechas a los que nacieron entre 1985 y 2000. [1]

Los centennials son todas aquellas personas nacidas a partir del año 2000, también reconocidos como los nativos digitales.

Estas generaciones se encuentran hoy insertas en el mercado, comenzando a adquirir un rol protagónico.

Si no me ayuda a crecer, no me sirve

Debemos entender esta nueva percepción de la realidad que tienen los líderes y/o profesionales de las nuevas generaciones.

Los nacidos antes del 80 trabajaban para poder comer, conseguir una mejor posición social, obtener el día de mañana una jubilación, poder mandar a sus hijos al colegio, entre otras apreciaciones personales de la época.

Las generaciones mencionadas, hijos de esa clase media que se detalla en el párrafo anterior, tienen en la mayoría de los casos esas cuestiones resueltas por motus propio o gracias a sus antecesores. La concepción de familia es diferente, y la búsqueda de la realización personal vino a ocupar un lugar de privilegio en las metas principales.

Y con respecto a los objetivos que se persiguen actualmente, no tienen ninguna relación con los de antaño.

Objetivos, desafíos y crecimiento personal

El titulo describe, lo que detallaremos en escritos posteriores, y que son las herramientas que se necesitan para mantener activos a las nuevas generaciones.

Los objetivos comienzan a ser colectivos, ya que si nuestra empresa crece por el buen funcionamiento del equipo de trabajo, los integrantes de ese equipo buscaran crecer en todos los aspectos posibles (personal, intelectual, económico, etc.).

La pérdida del verticalismo en la administración del poder, es el indicio que muestra el recambio generacional en los mandos medios y altos del mercado.

Nuestras PYMES son las ideas que tenemos, pero en esta era de la inmediatez, es necesario que pensemos como un equipo de trabajo, cada uno desde su lugar, pero con un claro objetivo colectivo.

Si los integrantes del equipo de trabajo se desarrollan, la empresa crece, y si las PYMES crecen, crecemos todos…

  Abg. Franco Martinez Cea
  Esp. Ingeniería Gerencial

ra.moc.aeczenitramobfsctd@ocnarf
   www.martinezcea.com.ar

Bibliografía

[1]Cuesta, Eduardo M.; Ibañez, Maria E.; Tagliabue, Rosana; Zangaro, Marcela. La nueva generación y el trabajo. (2009)

Conocernos, la nueva herramienta de mercado

Conocernos, la nueva herramienta de mercado

Algunos medios del siglo anterior, aún ponen en la mesa de discusión eso de estar a favor o en contra del empresario, o estar del lado o no del empleado.

La mayoría de los sindicatos, en vez de aportar iniciativas como una figura de superación colectiva, aportan una mirada contrapuesta que termina perjudicando a ambos actores, empleador y empleado.

Hoy la legislación añeja que regula la relación laboral, vuelve a funcionar como ancla y no como herramienta superadora.

Hay una vieja escuela de negocios que ya ha comenzado a perecer, y una nueva mirada futurista que sigue con los ojos en el mercado, pero intentando reparar algunas cuestiones.

Las cuestiones

Ser el dueño es tener a cargo la toma de decisiones y las consecuencias de las mismas. Por ende, los problemas importantes caerán sobre este, como así también los beneficios extras que resulten de la operatoria.

En las últimas décadas, el desarrollo del empleado ya no depende solo de un sueldo básico, hoy para poder mantener las partes fundamentales de los equipos de trabajo, se debe mejorar la realidad de los mismos.

La condición de actores principales del párrafo anterior, se encuentra directamente relacionada al compromiso y la capacidad resolutiva de los mismos, y eso es algo a lo que debemos empezar a acostumbrarnos

¿Y si no funciona?

Un empleador tiene la obligación para con el empleado, pero este, tiene que cumplir el rol que se le asigna dentro de la estructura de trabajo. Si no, no funciona.

El término “no funciona” suena fuerte, pero es real. Ya paso la época del trabajo esclavo con funciones masivas. Hoy se necesita que ambas partes se complementen por el objetivo en común.

La parte empleadora deberá reevaluar cuestiones como son el sueldo o beneficios especiales, y la otra deberá cumplir con las expectativas que su puesto requiere.

Si el empleador no cumple con las expectativas que tiene el empleado, este siempre tendrá la opción de buscar mejores oportunidades, y a esta cuestión también debemos comenzar a acostumbrarnos.

Pero.. Si el empleado no cumple con las expectativas del puesto, ¿Qué opción tiene el empleador?

El párrafo anterior puede despertar dos sensaciones, una que la acepta y la otra que la rechaza, pero debe primar la objetividad y entender que un negocio siempre busca ganancias.

Negocio para todas las partes

Como empleados, la cuestión de conocernos y entender cuáles son nuestras virtudes, nos va a ayudar a encontrar un lugar en el mercado que se ajuste a nuestro perfil, y de este modo, poder perseguir nuestras expectativas.

Como empleadores, no solo debemos estudiar al mercado, debemos replantearnos que esperan los actores principales de nuestro equipo de trabajo, y desde esa premisa comenzar a trazar un camino en conjunto.

En esta nueva era, el negocio deber ser negocio para todos, de lo contrario, no será nada.

Abg. Franco Martinez Cea
Esp. Ingeniería Gerencial
ra.moc.aeczenitramobfsctd@ocnarf
www.martinezcea.com.ar

¿El éxito es personal?

¿El éxito es personal?

Cuando lanzamos esa pregunta al aire, automáticamente nuestra cabeza programada de fábrica de una forma extraña, nos arroja una falla de sistema que nos invita a pensar.

¿Será algún punto de llegada el éxito o simplemente un eterno recorrido?

La riqueza, el éxito profesional, el reconocimiento, entre tantas otras características podemos identificarlas como una señal de que se está yendo por buen camino… o no.

El dinero

El dinero es indudablemente un medio que nos permite mejorar la calidad de vida, genera tranquilidad, y más aún en los tiempos que nos toca vivir, es una herramienta que de ser bien utilizada puede producir un efecto multiplicador.

Generar más dinero que lo justo y necesario, nos va a permitir proyectar a mediano plazo, pudiendo al mismo tiempo disfrutar de la diaria con mayor comodidad económica. Se podrá invertir, ahorrar o despilfarrar según guste.

La primera pregunta que se me viene a la cabeza es ¿Cómo generamos ese dinero? Éxito profesional, innovación, herencia, azar, etc.

El dinero siempre va a ser dinero, solo que bien ganado puede ser un indicador de éxito, de otra forma solo va a ser dinero.

Éxito profesional

Ser exitoso profesionalmente es un premio muy personal, que viene de la mano de las horas de sacrificio y firmeza con la cual nos fuimos manejando.

La toma de decisiones en nuestro recorrido es uno de los detonantes de esta parte del éxito.

Pero acá viene la segunda pregunta que se me viene a la cabeza ¿Si el éxito profesional no viene de la mano del éxito económico, es 100% éxito? ¿O es un éxito parcial?

El reconocimiento

Lo dejé para el final, porque considero que la mirada del “otro” cumple un lugar sobrevaluado en lo que respecta al éxito.

El reconocimiento según la RAE es la acción de “distinguir o identificar a una persona o una cosa entre varias por una serie de características propias”.

De las tres características que se nombraron, es la única que necesita de la mirada del otro para existir. Y es acá cuando nace mi última pregunta… ¿Si nadie puede decirte exitoso, el éxito sigue significando éxito?

Cada cual debe medir con su vara

La pelea debe ser con nosotros mismos, contra nuestros limitantes y con las herramientas que tenemos, que sean pocas o muchas, son nuestras y debemos perfeccionarlas.

Si el ejemplar de éxito es un ideal impuesto, será injusto para aquellos que cuentan con menos herramientas, y será desalentador para aquellos que lo consideran fácilmente alcanzable.

Somos una especie que va evolucionando generación tras generación, y es en ese acto en donde vamos dejando plasmada nuestras huellas del éxito.

Centrarnos en otra mirada, que no sea la nuestra cuando tenemos que hablar de éxito, solo nos va a servir de distracción. Alejándonos de esta forma del proceso que estamos llevando adelante.

¿Hoy que hiciste por vos?

Abg. Franco Martinez Cea
     Esp. Ing. Gerencial
ra.moc.aeczenitramobfsctd@ocnarf
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La Mujer, la protagonista que ocultaron

La Mujer, la protagonista que ocultaron

Alguien debía hacerse cargo de la casa, de los niños, de los mandados, de lo que alguien mal llamó “tareas femeninas”. Entonces, el hombre decidió que sea el hombre el que “trabaje” y la mujer su “esclava”.

El trabajo genera salario, y ser el poseedor del salario genera poder, y el poder puede ser utilizado de muchas formas, pero jamás debemos aceptar que sea utilizado para el sometimiento.

Las nuevas generaciones vienen a cambiar este paradigma, para que de una vez por todas volvamos a ser realmente iguales.

Las mujeres, antes de la revolución industrial realizaban un sinfín de tareas, podríamos hacer una lista enorme que no vendría al caso, lo que si debemos entender es que los cambios producidos por ese suceso histórico, trajeron consigo una renovación para el término “salario”, y fue en ese momento cuando el miedo del hombre dejo a la mujer desplazada.

Se llego a considerar que la mujer trabajadora, en cierta forma iba a dejar de ser mujer. El trabajo asalariado comenzó a entenderse como una contraposición de las tareas femeninas.

Por suerte hoy, casi cuatro siglos más tarde, estamos comenzando a entender todo.

No necesito escribir en lenguaje inclusivo o usar distinciones para mostrar mi posición. Solo entender a la libertad y el respeto al otro como fundamento de toda acción es motivo suficiente para pregonar la igualdad.

Mi madre, mi compañera, mi hija, mi hermana… la vida me rodeó de mujeres que me demostraron que entienden de amor por encima de toda la especie.

Desde lo empresarial nos falta amor, como mundo nos falta amor… ¿Qué estamos esperando?

Abg. Franco Martínez Cea
Esp. Ingeniería Gerencial
www.martinezcea.com.ar
ra.moc.aeczenitramobfsctd@ocnarf