Heredé los ojos de mi madre, la sonrisa paterna, la postura de algún tío lejano y la empresa familiar.
Así podría describirse a emprendedores y empresarios que continúan rubros familiares, a veces de más de una generación en el mismo mercado.
Pero, ¿Es el mismo mercado?
Estos últimos años de cambios vertiginosos, superpusieron a generaciones en cuestiones empresariales, ya que indefectiblemente necesitarán la participación de quienes hablen el nuevo idioma de los negocios.
El recelo en compartir información y delegar algunas tomas de decisiones, son situaciones complejas que puertas adentro, pueden hacer temblar la estructura completa de una empresa.
El nuevo mercado está parado sobre nuevas conexiones tecnológicas, pero sobre bases administrativas consolidadas en el tiempo.
Una generación que entiende los mecanismos y la administración y otra que creció con los medios electrónicos, son la temática del dilema que representa compartir la toma de decisiones en una edad que aun se es totalmente activo.
Antiguamente, las directivas principales eran delegadas cuando la edad o algún impedimento fortuito dejaban desplazado al integrante principal. Hoy la inmediatez que se nos presenta, nos trae aparejado un nuevo paradigma.
¿Cómo se maneja un timón entre varios capitanes?
Comienzan a surgir directorios de tan variada edad, que no solo son altamente eficientes para las directivas empresariales, sino que también, aportan valor a la construcción personal de sus integrantes.
Esta nueva etapa, la que considero “la era de la inmediatez”, trajo varias cuestiones sensibles para reflexionar y nos va dejando preguntas que debemos detenernos a pensar.
¿A dónde nos conducen la soberbia y el egoísmo empresarial?
Suena fuerte la pregunta, hasta dudé en ponerla, pero si nos detenemos a pensar fríamente, podría invitarnos a reflexionar.
La soberbia, alimenta el orgullo hacia nuestro método y el deprecio al ajeno. Mientras que el egoísmo, ese exceso de amor propio que nos limita, solo sirve de bloqueo para otras ideas.
Y si la empresa es como un integrante más en la familia, deberíamos ser conscientes de las consecuencias de nuestras individualidades. ¿Vos dejarías que le pase algo malo?
Abg. Franco Martinez Cea
Esp. Ing. Gerencial
www.martinezcea.com.ar
ra.moc.bocig @ocnarf
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