¿Quién escribió lo que leíste?

Jun 22, 2021 | Newsletters | 0 Comentarios

En 1993, una profesora de primaria al pasar me dijo que Sarmiento no era lo que parecía. Yo tenía 7 años, que iba a pensar que ese niño buscaba todas las respuestas a cual pregunta se le cruzara.

Mis viejos me dieron las herramientas que estaban a su alcance, la vida me fue poniendo personas que fueron y son herramientas.

Empecé a buscar, comencé a leer, empecé a averiguar, comencé a encontrar más preguntas que respuestas.

Mis viejos se quedaron sin herramientas pero me empujaron a que me siga preguntando todo, y fue ahí, cuando comencé a quedarme sin respuestas.

Pero las respuestas empezaron a aparecer de la mano de un puñado de ojos, de miradas profundas y convicciones poco claras, pero cada uno tenía una parte del rompecabezas, y estaban dispuestos a ponerlas sobre la mesa simplemente esperando armar la pieza completa.

No hay edad, no hay genero, no hay política, no hay ego, solo tenemos una pieza que pertenece a un todo. Y sin saberlo, o sabiendo, comencé, comenzamos.

Cada pieza que encontraba otra pieza, generaba una nueva. Preguntas que al recibir respuestas, generan dos nuevas preguntas. Un juego interminable que depende directamente de la pieza que podes encontrar en el otro.

Me sentí escuchado, o quizás simplemente no me sentí solo en ese mar de preguntas. La historia me acerco a un camino que estaba plagado de historias. Los silencios comenzaron a ser pensamientos, y el pensamiento comenzó a generar cicatrices.

Estar dañado no me hace más débil, tener miedo me hace inseguro, y la inseguridad deja la toma de decisiones en terceros. Y si no manejamos nosotros nuestras decisiones, ¿Es nuestra… Nuestra vida?

¿Y si no hubiese sido por Sarmiento, hubiese sabido de Peñaloza? ¿Una pregunta te despierta y la respuesta te encuentra?

Hoy escribo sin limitaciones, ya dejé de escribir para alguien y comencé a escribir para otros. Otros que no conozco, otros a los cuales no puedo imaginarme que pensaran si ven mi nombre en el pie de página.

Imaginar lo que creo que piensa alguien me robo años de libertad, pero me empujo a escribir para otros. Y esos otros son muchos, tantos pensamientos que es imposible creer tenerlos bajo control.  Y eso me hace libre.

El prejuicio no solo es dañino para el otro, es determinante para uno. La manía insostenible e injustificada de querer tener todo bajo control, debe caer automáticamente ante la certeza de que no podemos controlar el tiempo.

Abg. Franco Martinez Cea
www.martinezcea.com.ar

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