Llega diciembre, y conseguir el mejor precio en la canasta navideña, no estaría siendo una de las cuestiones principales para las empresas.
La incertidumbre y el desabastecimiento están obligando a un mercado golpeado por la pandemia, a cerrar sus puertas por vacaciones de forma abrupta durante el periodo de fiestas.Los rubros como la construcción, ferretería, venta de maquinarias y repuestos, entre tantas otras que dependen directa o indirectamente de las importaciones, o cuyos mercados están sujetos a grandes capitales extranjeros. Están cumpliendo en diciembre, en un semestre completo de desabastecimiento.
Obligados a no vender, cortar cuentas corrientes y agilizar su recaudación, entran en una situación delicada en la relación con el cliente.El rol de la cobranza, en épocas de abundancia es un agregado más a las tareas diarias, ya que no se considera fundamental por algo básico: la caja se encuentra constantemente en movimiento y a buen ritmo.Pero en épocas de crisis e incertidumbre financiera, empezamos a mirar ese camino paralelo de morosidad que se venía construyendo.
Los márgenes de deuda crecen exponencialmente, superando en algunos casos con comodidad una facturación completa.
¿Y qué pasaría si hay una devaluación brusca?Ante esa pregunta, los comerciantes, empresarios o líderes de equipos, bajan directivas tajantes para realizar las cobranzas. Y es en ese momento, cuando una parte del equipo no especializada, empieza a cumplir funciones de cobrador.
Un vendedor de mostrador o un viajante, se ve obligado a presionar con inexperiencia al cliente, que hace meses atrás lo seducía con márgenes, plazos y apoyaba la venta en una buena relación empática. Es inevitable que esa relación se vea desgastada, e inevitablemente dejará marcas para cuando todo comience a funcionar nuevamente.
Un administrativo, comienza a realizar en sus momentos libres llamados de cobranzas, considerando esa función como tarea extra y no sintiendo responsabilidad sobre esa área. Las gestiones sin seguimiento, no acarrean buenos resultados.Esta historia en nuestro país vuelve a repetirse una y otra vez. Nuevamente nuestra economía se ve envuelta en inestabilidad, y lo que ayer eran ventas, hoy son cobranzas.
Delegar servicios que antiguamente eran internos, es un cambio de paradigma que no solo llego para abaratar costos y disminuir riesgos con el personal. Especialmente, nace para aportar un trabajo sostenido y especializado en la materia que respecte.Abg. Franco Martinez Cea
www.martinezcea.com.ar
ra.moc.bocigobfsctd@ocnarf
0 comentarios